lunes, 29 de febrero de 2016

El Federalismo Fiscal como antídoto a los problemas de la crisis.



Nada tiene de raro que su servidor se ponga en plan de filósofo a estas horas y luego de tantos días en que no agarro la pluma ni para rascarme la comezón de atrás de las orejas. El caso es que se siente bien desgranar las palabras una tras otra sin tener la certeza de para donde van.

Revise las notas de un  analista que le da por escribir en los diarios y al cual le tengo una envidia de la buena, si es que esta existe, por el sólo hecho de compartir sus pensamientos y la forma en que lo hace.

Bueno el caso es que esta mañana su columna hablaba de un federalismo fiscal que pudiera  venir a paliar en alguna medida las carencias que el país presenta debido a los bajos precios del petróleo. Este federalismo fiscal, a decir del analista, vendría a establecer una competencia entre los gobiernos de las diversas entidades federativas por ver quienes pueden lograr detonar el mayor desarrollo en base a las facilidades otorgadas a las empresas para la captación de inversiones.

Decía también que los gobiernos estatales y los municipios se han acostumbrado a estirar la mano y pedir a la Federación los recursos suficientes para la operación de las administraciones, en tanto estos mismos gobiernos han abandonado las  facultades que tienen para el cobro de impuestos.

Otro analista comentaba hace algunos meses que ante los bajos precios del petróleo que se estaban observando, la perspectiva era que al estado no le quedaba de otra que avanzar en la despetrolización de la economía a la de a fuerzas, no había de otra.

Los tiempos de crisis son propicios para la toma de decisiones que en tiempos más llevaderos se van posponiendo por razones de conveniencia política, electoral o de otro tipo. Este gobierno, con las reformas logradas, tiene la mesa puesta para poder hacer el verdadero despegue del país hacia otra realidad.

Hay algunas Entidades Federativas que tienen más recursos que otras; pero la fortaleza de las mismas, no depende realmente en la cantidad de recursos, si en la autonomía que logran respecto de la Federación, ejemplo de lo anterior sería el análisis comparativo entre los 16, 884.1 millones de pesos que se programaron para el Estado Guanajuato y los 27,539 que se le programaron a Chiapas en los diversos fondos del Ramo 33 para el ejercicio 2016.

Prueba de que los Gobierno Locales deben empezar a preocuparse por generar recursos propios resulta el indicador de la Inversión Extranjera Directa. Mientras  que Guanajuato pasó de ser un  Estado no atractivo a la inversión Extranjera a convertirse en el Estado número nueve, Chiapas no pasa del lugar 22 y en el caso de Oaxaca y Zacatecas cerraron el 2015 con números negativos en este rubro, es decir las inversiones que ya se encontraban en estas entidades decidieron cambiar de aires.

Usted puede pensar porque la Inversión Extranjera Directa se convierte en un indicador de autonomía financiera de los Estados respecto de la federación, simple, las características que busca la inversión en  una entidad son primordiales para decidir llegar y estas características tienen que ver con certezas jurídicas, infraestructura, acceso a fuentes de energía, mano de obra calificada y niveles de educación. ¿Hacen falta más datos para hacer la inferencia?


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