martes, 17 de abril de 2018

La globalización en cisma.



La sociedad mexicana ha venido evolucionando de la mano de otras sociedades entre las que ya no existen fronteras o muros que detengan y aporten al control del flujo de información entre las mismas.
El mundo entero se encuentra al borde de un cisma en el que los eventos que están por suceder en Francia, determinarán la dirección que el mundo deberá tomar en varios sentidos: económicos y políticos.
Es de todos sabido que ya, las sociedades de algunos países, han determinado bajarse del carrusel de la globalización por la violenta llegada de poblaciones enteras en busca de mejores condiciones de vida.
Así, surgieron en los tiempos más recientes, el referéndum del Brexit en Inglaterra y la llegada a la presidencia de los Estados Unidos de Donald Trump, ambos con resultados que van a contracorriente de la globalización del mundo.
En estos días, está por definirse el rumbo que tomará Francia al votar su sociedad entre una oferta de extrema derecha y la opción liberal que pugna por continuar con la integración de una Europa cada vez más especializada en sus regiones.
Las reacciones de sociedades como la norteamericana y la británica en el cambio de sus gobiernos, se entienden como la protección a un modo de vida que los pobladores sienten amenazado por la invasión de que fueron objeto.
 El cisma de que hablaba en párrafos anteriores tiene que ver con el modelo económico que rige al mundo entero, aunque haya países como Norcorea, Venezuela y Cuba que aun pretenden no ser parte de este mundo. El mundo globalizado, desde el punto de vista económico, se encuentra en crisis porque lejos de propiciar una estandarización en los niveles de vida de la población mundial, estos niveles se radicalizaron. La brecha entre los que tienen poder adquisitivo y los que no, se hizo más grande.
La estandarización no está llegando en los países ajenos a la comunidad económica europea. La radicalización está a la orden del día. Por ello es que cuando los franceses decidan por una de las opciones que tienen, estarán decidiendo el rumbo del mundo.
Si optan por la salida de la comunidad económica europea, Alemania por sí sola no podrá soportar la responsabilidad de llevar adelante la integración de Europa con lo que ello implica.
Al parecer, con el tiempo, a algunos líderes se les olvidó que el modelo capitalista                                —cualquiera que sea sus alcances— solo funciona cuando los que algo venden, tienen compradores y estos tienen con qué comprar.


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