La sociedad
mexicana ha venido evolucionando de la mano de otras sociedades entre las que
ya no existen fronteras o muros que detengan y aporten al control del flujo de
información entre las mismas.
El mundo entero se
encuentra al borde de un cisma en el que los eventos que están por suceder en
Francia, determinarán la dirección que el mundo deberá tomar en varios
sentidos: económicos y políticos.
Es de todos sabido
que ya, las sociedades de algunos países, han determinado bajarse del carrusel
de la globalización por la violenta llegada de poblaciones enteras en busca de mejores
condiciones de vida.
Así, surgieron en
los tiempos más recientes, el referéndum del Brexit en Inglaterra y la llegada
a la presidencia de los Estados Unidos de Donald Trump, ambos con resultados
que van a contracorriente de la globalización del mundo.
En estos días, está
por definirse el rumbo que tomará Francia al votar su sociedad entre una oferta
de extrema derecha y la opción liberal que pugna por continuar con la
integración de una Europa cada vez más especializada en sus regiones.
Las reacciones de
sociedades como la norteamericana y la británica en el cambio de sus gobiernos,
se entienden como la protección a un modo de vida que los pobladores sienten
amenazado por la invasión de que fueron objeto.
El cisma de que hablaba en párrafos anteriores
tiene que ver con el modelo económico que rige al mundo entero, aunque haya
países como Norcorea, Venezuela y Cuba que aun pretenden no ser parte de este
mundo. El mundo globalizado, desde el punto de vista económico, se encuentra en
crisis porque lejos de propiciar una estandarización en los niveles de vida de
la población mundial, estos niveles se radicalizaron. La brecha entre los que
tienen poder adquisitivo y los que no, se hizo más grande.
La estandarización
no está llegando en los países ajenos a la comunidad económica europea. La
radicalización está a la orden del día. Por ello es que cuando los franceses
decidan por una de las opciones que tienen, estarán decidiendo el rumbo del
mundo.
Si optan por la
salida de la comunidad económica europea, Alemania por sí sola no podrá
soportar la responsabilidad de llevar adelante la integración de Europa con lo
que ello implica.
Al parecer, con el tiempo, a algunos líderes se les olvidó que el
modelo capitalista —cualquiera que
sea sus alcances— solo funciona cuando los que algo venden, tienen compradores
y estos tienen con qué comprar.
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